Todo mundo conoce a La Catrina, hermosa figura femenina, blanca, delgada hasta los huesos, elegante y misteriosa, que en esta época del año solemos representar como símbolo principal de las festividades del Día de Muertos; pero su origen tuvo otra intensión, misma que te vamos a contar …
Entre los gobiernos de Benito Juárez y Porfirio Díaz, la sociedad mexicana sufría de injusticias y desigualdad -¿dónde hemos escuchado eso?-; existían 3 clases sociales, la Clase Alta que estaba conformada por los políticos, dueños de tierras, grandes comerciantes e industriales, viajaban a Europa, vivían en casas grandes con servicios y en sus fiestas vestían con vestidos elegantes de colores claros y grandes sombreros; la Clase Media, era un grupo pequeño ya que la clase alta se negaba a compartir su riqueza con ellos, y estaba conformada por pequeños comerciantes y burócratas, maestros, profesionales y periodistas; y la Clase Baja, que era la mayor parte de la población y estaba conformada por los campesinos, mineros, trabajadores de fábricas y empleados domésticos
Los periódicos de la época comenzaron hacer críticas sobre la situación social del país, siendo uno de los principales críticos el caricaturista mexicano José Guadalupe Posadas, originario de la Ciudad de Aguascalientes, quién comenzó a utilizar la figura de una calavera como símbolo de su crítica; poco a poco tomó el nombre de Calavera Garbancera porque representaba la burla que se hacía a los vendedores de garbanzo quienes siendo pobres aparentaban ser ricos y pretendían tener un estilo de vida como los europeos y menospreciaban sus tradiciones y raíces indígenas; se llegó a representar vestida de charro, de traje, sobre un caballo, bailando y tomando, comiendo o simplemente conversando; en ese tiempo el que te dijeran que eras una Calavera Garbancera era un insulto
Junto con la imagen de la Calavera comenzaron a surgir pequeños pensamientos y versos que criticaban también la situación social, surgiendo así las Calaveras Literarias, de hecho José Guadalupe Posadas llegó a escribir “en los huesos, pero con su sombrero francés de plumas de avestruz”
Pero el nombre de Catrina lo recibió hasta 1947, cuando el muralista Diego Rivera la bautizara de esa manera haciendo referencia a la elegancia y buen vestir con la que se identificaba a la clase privilegiada del país en la época del nacimiento de la Calavera, y la plasmó así en su mural llamado “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”
Algo que sigue vigente y continuará es lo que José Guadalupe Posadas llegara a afirmar “La muerte es democrática, ya que al fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo Calavera”